¿Tienes el «síndrome del cuñado»?

Bertrand Russell ya tenia cuñados cuando escribió que “la causa fundamental de los problemas en el mundo es que los inteligentes están llenos de duda y los estúpidos están absolutamente seguros”.

¡Hay que ver el juego que dan/damos los cuñados! ¿verdad? ¡Menuda fama de ser ese que todo lo sabe, qué todo lo compra más barato, al que tenías que haber preguntado antes de comprar lo que sea! Tópicos típicos con un poso de realidad.

Pues… aunque parezca mentira, los psicólogos David Dunning y Justin Kruger lo han demostrado empíricamente. En 1999 -hace sólo 23 años-, verificaron que: “ciertos individuos con escasos conocimientos y habilidades limitadas se consideran superiores a otras personas más inteligentes y preparadas que ellos, experimentando una especie de «complejo» de superioridad

¿De quién te estás acordando?

Hay una evidencia de la certeza de este efecto cuando enciendes el televisor y escuchas hablar a algunos tertulianos (y no dejes de lado a nuestra «clase» política, que tiene lo suyo)

La ignorancia es MUY atrevida, y los efectos de la incompetencia son más perniciosos cuando mayor es el poder del incompetente (y no, no voy a hablar de política, joer, que sé que lo pongo fácil y dan mucho juego, vamos a hablar de nuestro entorno empresarial, y con mentalidad constructiva 😊)

¿Conoces algún ejemplo en tu entorno laboral? ¿Tienes algún ejemplo de jefe, cliente o compañero de trabajo?

Para detectarlos hay tres síntomas evidentes, demostrados por las investigaciones de Dunning y Kruger:

  1. Todos los incompetentes tienden a sobreestimar su propia habilidad. (¡Si no fuera por mí, que soy el único que trabaja o el único que sabe lo que hace, ésta empresa se iría a la m….!)
  2. Los incompetentes son incapaces de reconoce la habilidad de otros. (¡Si es que estoy rodeado de idiotas! ¡qué cruz!)
  3. Los incompetentes son incapaces de reconocer su extrema insuficiencia. (¡A tu padre le vas a enseñar ahora como se hacen los hijos! ¿me van a decir a mí ahora que se puede hacer mejor?)

Ah, pero si el incompetente es entrenado para mejorar su nivel de habilidad… ¡llega a reconocer y aceptar su falta de habilidad previa!

En la empresa tenemos ejemplos día a día, entre vendedores y directivos qué no identifican sus carencias y piensan que son los números uno.

  • Igual que muchas personas se automedican porque no necesitan visitar al doctor para que les diga lo que ya ellos saben.
  • Igual que aquellos que se consideran grandes bailarines, y tras ver el testimonio gráfico de su excelsa exhibición, acaban reflexionando: “Querido Gin-Tonic, teníamos un trato en el cuál tú me hacías ser más divertido, más guapo, más inteligente y mejor bailarín. Ayer vi el video… TENEMOS QUE HABLAR” 😊

Como hemos dicho, abordamos éste «síndrome del cuñado» con mentalidad constructiva y ganadora, porque es un hecho que si se entrena a una persona que presenta este efecto y se aumenta su nivel de competencia, es capaz de reconocer su anterior incompetencia y descubrir que no sabía tanto como creía. ¡Afortunadamente!

Sólo hay un «PERO», esa persona tiene que querer aprender, debe comprometerse, y estar dispuesta a pagar el precio para conseguirlo. Y ese precio no es económico, sino de humildad, de liderazgo, de esfuerzo, de aprendizaje, de dejarse guiar por su mentor.

Este yin también tiene su efecto yang, el de las personas que infravaloran sus capacidades, o síndrome del impostor, sobre el que desarrollaremos otro post.

¿Y por qué te cuento todo esto?

Seguro que conoces a personas que llevan años esforzándose por sacar adelante su negocio, por hacerlo más rentable, con problemas permanentes de tesorería, sin obtener el compromiso de su equipo humano, sobreviviendo al día a día, y piensan que es atribuible a la mala suerte o a causas externas.

¿Puede ser que estén tomando malas decisiones sin ser conscientes de ello?

Cuando estas personas reconocen que nadie es experto en todos los ámbitos del conocimiento, y que por mucha experiencia que tengan nunca alcanzarán el conocimiento absoluto, adquieren la humildad que les permite abrir los ojos y dar un paso al frente para finalizar el autosabotaje de resultados y justificaciones espurias.

¿Conoces a alguien que necesite superar este síndrome? ¿Hablamos?

Valencia 03 de Julio de 2022

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2 comentarios. Dejar nuevo

  • Mariano Villafañe Fernández
    08/08/2022 07:47

    Acerca de estas personas con estas características, a menudo nos las cruzamos y quizás hasta nosotros mismo seamos en algún momento. De acuerdo con Pedro Valladolid, es en el ámbito laboral es donde con mucha frecuencia podemos encontrarnos con gente que se sobrevalora en ciertos conocimiento o acciones ante los demás, pero en ocasiones quedan expuesta al ridículo o simplemente queda dañada su credibilidad o confianza; al mismo tiempo estas personas con humildad pueden mejorar su calidad cuando se relacionan.

    Responder
  • ¡Y el daño que hacen! ¿verdad Mariano? La falta de humildad, asertividad, trabajo en equipo, curiosidad por aprender y colaboración son los grandes retos a afrontar en muchas empresas de cualquier tamaño.

    Responder

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