Diseñando el proceso comercial y creación de valor con un empresario, propietario de Pyme, respondía:
“¡Otra moda nueva! ¿Ahora me dices que tengo que crear valor para el cliente?
Vamos a ver…… tengo que crear valor para la empresa, tengo que crear valor para el accionista, y… ¿también para el cliente?
Explícame como se hace esto, porque si creo valor – es decir, genero riqueza – para la empresa y para el accionista, ¿Cómo voy a hacer que el cliente también se enriquezca?
¡Pues es más fácil resolver el enigma de la esfinge! ¡Vaya con las modas de crear valor!”
Cuántas veces hemos oído que hay que crear valor, ¿verdad?, y que difícil resulta para un ejecutivo conjugar esa tríada en un todo armónico que satisfaga a las partes.
¡Claro! Estamos acostumbrados a medir la creación de valor únicamente en términos económicos basados en el corto plazo, tales como:
- Valor Actual Neto.
- Coste del capital.
- Beneficio neto.
- Rentabilidad de los fondos propios…
Y en esos ratios….. ¿dónde están las personas en estas mediciones de valor?, nuestro equipo, las personas responsables de compras de nuestras empresas clientes…
¡Efectivamente! ¡No aparecen!
Es fácil caer en la trampa del corto plazo, porque la inmediatez guía nuestra agenda, pero ¡no te equivoques!, los resultados finales de cada año miden la rentabilidad de la empresa NO la del ejecutivo.
La verdadera rentabilidad anual es el resultado del trabajo realizado en los años anteriores:
- Si has preparado el futuro.
- Has invertido.
- Innovado
- Diseñado estrategias para alcanzar metas y
- Desarrollado a tu equipo humano.
¡Has invertido en el futuro y recogerás los frutos!
Si sólo te importa el próximo trimestre, es muy probable que estés empobreciendo la empresa a largo plazo y logrando el efecto contrario.
Cuando trabajo con equipos directivos y comerciales acostumbro a pedirles que cierren los ojos e imaginen que éste año cumplirán sus sueños, escribiendo en un papel el nombre de los 3 clientes más importantes cuya captación les permitiría cumplir sus objetivos más ambiciosos, y ¡sorprendentemente!, todos ellos hacen una relación con nombres de empresas.
¿Empresas? ¡pero si quienes nos compran son personas!, nos olvidamos de las personas y así es muy difícil tener una cultura de creación de valor ¡empezamos mal!
Porque crear valor significa:
- Mantener relaciones ganar-ganar con clientes y proveedores.
- Fomentar un buen clima laboral.
- Desarrollar nuevos productos.
- Investigar nuevos nichos de mercado.
- Mejorar los procesos y
- Establecer estrategias de mejora…..
¡Y eso no lo consigues tú sólo! ¡necesitas a tu equipo!
¿Quieres crear valor?, aplica la excelente cita de Richard Branson:
“Cuida a tus empleados y ellos cuidarán de tus clientes”
¡La mejor estrategia de creación de valor resumida en una sola línea!
¿Quieres crear valor? Es un hábito que tienes que practicar cada día, transmitir ese hábito a tu equipo, porque el éxito no tiene nada que ver con lo que sabes hacer sino con lo que haces.
No necesitamos sesudos análisis ni complejas teorías… sino ¡hacer!:
- Poner en marcha.
- Tener comportamientos positivos.
- Humor.
- Pasión por agradar.
- Desear hacer las cosas de forma extraordinaria.
- Que cada miembro del equipo, desde el director general hasta el becario recién llegado sean excepcionales.
Porque la diferencia entre ser ordinario y extraordinario está precisamente en el “extra”.
- Si haces que tu empresa se distinga de todas las demás, no con buenas intenciones o palabras huecas por estar vacías de contenido real, sino con el firme compromiso de todos los miembros de la empresa con la excelencia, TODOS, del primero al último.
- Si eres el motor de una cultura de comportamientos constructivos.
- Si evitas la cotidianeidad.
- Si eliminas la rigidez de las tareas, la tendencia a complicarlo todo y
- Pones en práctica objetivos tangibles
¡Estás construyendo valor! y aportando un futuro a tu empresa y a los accionistas ¡piensa en el largo plazo! Y ¡cuenta con las personas para conseguirlo!
Muchos ejecutivos suelen quejarse de la falta de compromiso de su equipo:
- Que cumplen… pero no se comprometen…
- Que falta proactividad…
- Que falta cariño por las cosas bien hechas…
Y mi respuesta siempre es la misma: “normal, tienes el equipo que te mereces”, es muy fácil quejarse y decir “menos mal que yo soy un fenómeno, porque con éste y aquel otro……. ¡no sé dónde íbamos a llegar!”
¡Pues sigue quejándote y haciéndolo tú todo!
Un equipo comprometido necesita:
- Un directivo comprometido.
- Con sentido del humor.
- Con competencia.
- Que transmita.
- Que sea generoso con su conocimiento.
- Que sea generoso con su tiempo.
- Que sea flexible.
- Que comunique.
- Que diga claramente que es lo que espera de cada uno.
- Que potencie y maximice todo el potencial de su equipo y no ponga el foco únicamente en los puntos débiles.
- Que sea entusiasta.
- Que deje huella.
- Que sepa disculparse.
- Que cuide el detalle…
“El ejecutivo al minuto[1]”, lectura que te recomiendo encarecidamente, resume en tres sencillas claves la esencia de un liderazgo efectivo:
- Objetivos claros: en una sola hoja de papel, legibles y bien definidos. Si se logran los objetivos GANAS TÚ, si tu colaborador no ha cumplido los objetivos PIERDES TÚ (asume tu responsabilidad).
- Elogios de un minuto. Sorprende a tu equipo haciendo las cosas bien, y hazlo pronto, en el momento, ve al grano, di lo que piensas, anima con sinceridad y continua hasta encontrar al siguiente a quien elogiar.
- Reprimendas de un minuto. Hazlo pronto, reprende con sinceridad, sin entrar en valoraciones del tipo: “tú te has creído que…., todo te da igual….”, ve al grano, di exactamente lo que hizo mal y las consecuencias que tiene, anima con sinceridad a la persona para mejorar su actitud, dale la mano y vuelve a empezar en el punto 1.
Resumiendo:
- Regálate el futuro, créalo, crea valor, ten éxito. Es fácil, piensa en las personas no como entes o empresas, tus clientes y proveedores son personas que se relacionan contigo, tu equipo son personas y no medios de producción, desarrolla relaciones, desarrolla a tu equipo y habrás forjado el crisol donde se funde la creación de valor para el accionista, para el cliente, para la empresa y para tus empleados.
Y tú…. ¿qué tomas para el éxito? Yo tomo decisiones
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«¡MEJORAMOS RESULTADOS > SUPERAMOS LÍMITES!»
Madrid 10 de Septiembre de 2016
[1] Autores: Kenneth Blanchard y Spencer Johnson